"Para vivir el hombre debe actuar; para actuar, debe tomar decisiones; para tomar decisiones, debe definir un código de valores; para definir un código de valores debe saber qué es y dónde está -esto es, debe conocer su propia naturaleza (incluyendo sus medios de conocimiento) y la naturaleza del universo en el cual actúa- esto es, necesita metafísica, epistemología y ética, lo cual significa filosofía. No puede escapar de esta necesidad, su única alternativa es que la Filosofía que guía su vida sea escogida por su mente o por la casualidad." Ayn Rand

sábado, 10 de mayo de 2014

Bases de la Epistemología a comienzos del Siglo XXI

Autoras

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      En el campo de la epistemología del conocimiento; se viene gestando una transformación que abarca no solo los aspectos culturales y políticos sino también los aspectos sociales, científicos y tecnológicos, generando así una revolución del conocimiento acorde con la realidad que viven las sociedades actuales.  Dentro de este contexto, surge la investigación transdiciplinaria en la cual el investigador da respuesta a las interrogantes del presente siglo, que implica un nuevo paradigma tanto en las ciencias naturales, como sociales.
Se asiste entonces, a la emergencia de un nuevo paradigma que sustituye el modelo positivista por uno sistémico y cónsono con la realidad que se vive. De tal forma que parafraseando a Beynam citado por Martínez (2010), aparecen diferentes corrientes de la Teoría del Conocimiento en su abordaje metodológico como las posmodernistas, las posestructuralistas, el construccionismo, el desconstruccionismo, el análisis del discurso, entre otras, las cuales amplían el concepto de cientificidad, creatividad y libertad.
En este sentido, se establece un nuevo modelo integrador y transdisciplinario, que va más allá de lo unidireccional, científico - lógico tradicional, para dar paso a una aprehensión del conocimiento de una manera sistémica. Este hecho, va hacia la trasformación epistémica de la realidad del mundo actual, que afianza el conocimiento en una estructura gnoseológica que le da significado y relación a los hechos, además que los articula como un todo.
De este modo, la complejidad y transdiciplinariedad explican el conocimiento de forma holística y sistémica, es decir, que deja a un lado el reduccionismo para apreciar el conocer, el hacer, el ser y el convivir en el análisis de los fenómenos de la vida; por medio de un encuentro de saberes, que permite un abordaje ontológico de la realidad. Según Hurtado (2007):

La holística se concibe dentro de la investigación como un proceso continuo, integrador, organizado, sistemático y evolutivo a través del cual los investigadores de todos los tiempo y la humanidad en general, transitan en la búsqueda del conocimiento que permite avanzar hacia un  mundo cada vez mejor. Dentro de esta concepción, “lo que para unos es conclusión, para otros es el punto de partida”. (p.10)

En este orden de ideas, se traza un pluralismo de conocimientos, de modelos, corrientes epistémicas y teorías: con aciertos y desaciertos que han contribuido en cada época y bajo las circunstancias sociales, culturales que la representan para la evolución de la ciencia y el desarrollo de la sociedad, así como, un nuevo enfoque científico a la ciencia, donde priva la transformación radical del concepto de conocimiento y del concepto de ciencia.
Para ello, se adopta y redimensiona el concepto de racionalidad científica, de un nuevo paradigma epistemológico que supera el modelo científico positivista; por un modelo axiomático de pensar, razonar y demostrar, con su ideal puro lógico-formal o lógico-matemático, con una lógica que diera cabida a la auténtica y más empírica realidad del mundo en el que se vive y se interactúa, de un mundo donde existen inconsistencias reales, incoherencias lógicas y hasta contradicciones conceptuales.
Como consecuencia, se deriva la importancia que tiene el clarificar e ilustrar que el problema en la mayoría de las controversias académicas reside en el concepto restrictivo de “cientificidad” adoptado, especialmente en las ciencias humanas, que mutila la legitimidad y derecho a existir de una gran riqueza de la dotación más típicamente humana, como los procesos que se asientan en el uso de la libertad y de la creatividad. Esta gran riqueza de dotación exige en el investigador, por un lado, una gran sensibilidad en cuanto al concepto de las bases epistemológicas aceptadas y al uso de métodos, técnicas, estrategias y procedimientos para poder captarla y, por el otro, un gran rigor, sistematicidad y criticidad, como criterios básicos de la cientificidad requerida por los niveles académicos, criterios que constituyen su definición.


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