La Plenitud: Modo de Empleo
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La filosofía es un estilo de vida que está enfocada como concepción del ser humano desde su plenitud hasta su especificidad, por lo que se encuentra inscripta en su mismo nombre de origen griego que como es sabido significa amor a la sabiduría, donde la búsqueda del saber permite una vida más lucida, libre y por ende feliz. Por consiguiente, Comte considera que cuando se piensa en lo real se enfrenta a algo complicado y misterioso, pero el problema de pensar en lo real es que el instrumento que se emplea, el pensamiento, es ya complicado.
En
consecuencia, la sabiduría va de la mano con la simplicidad, debido a que la
filosofía es una cualidad del discurso del ser, mientras que la sabiduría es la
cualidad del silencio. Por tanto, la filosofía coloca al ser al servicio del silencio
por lo que no se trata de hablar por hablar sino de hablar para vivir, donde la
persona es el centro y motivo de imaginación y expresión para la
materialización de las acciones.
La
experiencia humana enseña que los momentos de sabiduría y felicidad son
momentos simples, es decir, del día a día, pues la felicidad es una decisión
que debe tomarse para evitar ser feliz a través de un complemento. Para ser
felices hay que perdonar y dejar de sentirse culpable por lo que por lo que se
ha hecho en el pasado o por lo que se ha dejado de hacer. Perdonarse es una
maravillosa forma de quererse, de ser amigo de sí mismo, de aceptar que se puede
equivocar y aprender de las experiencias difíciles sin perder la autoestima. Perdonar
no siempre es olvidar, pero devuelve la paz y premia los esfuerzos.
La
vida representa a los padres una formula retórica, donde la concepción de los
padres es que sus hijos sean lucidos y
reflexivos, dándole importancia a su salud y felicidad, considerando que los
hijos evalúan el comportamiento y actitudes de sus padres, tomándolos como patrón
a seguir o lo que es lo mismo “se educa con el ejemplo”. De allí, que es suficiente
la lucidez del conocimiento de la verdad para vivir.
En
este orden de ideas, la felicidad humana tiene que ver más con la
actividad del alma que con la del cuerpo; y de las actividades del alma
con aquella que corresponde a la parte más típicamente humana, el alma
intelectiva o racional. Como en el alma intelectiva se encuentra el
entendimiento o intelecto y la voluntad, y se llama virtud a la perfección de
una disposición natural. La felicidad más humana es la que corresponde a
la vida teorética o de conocimiento (por ello el hombre más feliz es
el filósofo, y lo es cuando su razón se dirige al conocimiento de la realidad
más perfecta, Dios), y a la vida virtuosa. Finalmente, y desde un punto de
vista más realista, se acepta que para
ser feliz es necesaria una cantidad moderada de bienes exteriores y afectos
humanos.
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