"Para vivir el hombre debe actuar; para actuar, debe tomar decisiones; para tomar decisiones, debe definir un código de valores; para definir un código de valores debe saber qué es y dónde está -esto es, debe conocer su propia naturaleza (incluyendo sus medios de conocimiento) y la naturaleza del universo en el cual actúa- esto es, necesita metafísica, epistemología y ética, lo cual significa filosofía. No puede escapar de esta necesidad, su única alternativa es que la Filosofía que guía su vida sea escogida por su mente o por la casualidad." Ayn Rand

sábado, 10 de mayo de 2014

La Plenitud: Modo de Empleo

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  La filosofía es un estilo de vida que está enfocada como concepción del ser humano desde su plenitud hasta su especificidad, por lo que se encuentra inscripta en su mismo nombre de origen griego que como es sabido significa amor a la sabiduría, donde la búsqueda del saber permite una vida más lucida, libre y por ende feliz. Por consiguiente, Comte considera que cuando se piensa en lo real se enfrenta a algo complicado y misterioso, pero el problema de pensar en lo real es que el instrumento que se emplea, el pensamiento, es ya complicado.
En consecuencia, la sabiduría va de la mano con la simplicidad, debido a que la filosofía es una cualidad del discurso del ser, mientras que la sabiduría es la cualidad del silencio. Por tanto, la filosofía coloca al ser al servicio del silencio por lo que no se trata de hablar por hablar sino de hablar para vivir, donde la persona es el centro y motivo de imaginación y expresión para la materialización de las acciones.
La experiencia humana enseña que los momentos de sabiduría y felicidad son momentos simples, es decir, del día a día, pues la felicidad es una decisión que debe tomarse para evitar ser feliz a través de un complemento. Para ser felices hay que perdonar y dejar de sentirse culpable por lo que por lo que se ha hecho en el pasado o por lo que se ha dejado de hacer. Perdonarse es una maravillosa forma de quererse, de ser amigo de sí mismo, de aceptar que se puede equivocar y aprender de las experiencias difíciles sin perder la autoestima. Perdonar no siempre es olvidar, pero devuelve la paz y premia los esfuerzos.
La vida representa a los padres una formula retórica, donde la concepción de los padres es que sus hijos sean lucidos  y reflexivos, dándole importancia a su salud y felicidad, considerando que los hijos evalúan el comportamiento y actitudes de sus padres, tomándolos como patrón a seguir o lo que es lo mismo “se educa con el ejemplo”. De allí, que es suficiente la lucidez del conocimiento de la verdad para vivir.
En este orden de ideas, la felicidad humana tiene que ver más con la actividad del alma que con la del cuerpo; y de las actividades del alma con aquella que corresponde a la parte más típicamente humana, el alma intelectiva o racional. Como en el alma intelectiva se encuentra el entendimiento o intelecto y la voluntad, y se llama virtud a la perfección de una disposición natural. La felicidad más humana es la que corresponde a la vida teorética o de conocimiento (por ello el hombre más feliz es el filósofo, y lo es cuando su razón se dirige al conocimiento de la realidad más perfecta, Dios), y a la vida virtuosa. Finalmente, y desde un punto de vista más realista,  se acepta que para ser feliz es necesaria una cantidad moderada de bienes exteriores y afectos humanos. 

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